El Due Diligence, o debida diligencia, en el contexto legal mexicano, se refiere al proceso de investigación y evaluación que se lleva a cabo antes de realizar una transacción comercial, especialmente en fusiones y adquisiciones. Este proceso es crucial para identificar posibles riesgos, a fin de poder mitigar contingencias y asegurar que todas las partes involucradas comprendan y conozcan los detalles que involucran la transacción en cuestión.
En México, la debida diligencia ha cobrado especial importancia en el ámbito de los derechos humanos y las empresas. Actualmente se están desarrollando normativas a nivel internacional, así como en México para regular el impacto de las actividades empresariales en materia de derechos humanos. Lo anterior implica que las empresas deben incorporar mecanismos para identificar, evaluar, prevenir, mitigar y, en su caso, remediar potenciales violaciones a los derechos humanos derivados de sus actividades.
A nivel internacional, los “Principios Rectores sobre Empresas y Derechos Humanos” de las Naciones Unidas, establecidos en 2011, son pioneros en la materia y han establecido obligaciones tanto para los Estados como para las empresas.
Legislación Mexicana
En el ámbito local, México está considerando un proyecto de ley en materia de debida diligencia corporativa en derechos humanos, que, de ser aprobado, convertiría al país en el primero de América Latina en contar con legislación de este tipo.
Es importante mencionar que el Due Diligence no se limita solo a los aspectos legales, sino que también abarca la revisión de factores financieros, operativos y de mercado, lo que permite a las empresas tomar decisiones informadas y mitigar riesgos.
¿Cuáles son los pasos específicos en una debida diligencia legal?
Los pasos específicos en un proceso de debida diligencia legal en México son fundamentales para asegurar una transacción comercial responsable y están diseñados para identificar y mitigar riesgos legales, financieros y operativos. Entre ellos destacan: (i) establecer políticas claras que reflejen el compromiso de la empresa con la conducta empresarial responsable; (ii) identificar y evaluar los riesgos asociados a las actividades, productos o servicios de la empresa; tomar medidas para detener, prevenir y mitigar cualquier impacto negativo; hacer un seguimiento continuo para asegurar que las medidas adoptadas sean efectivas; (iv) informar con transparencia cómo se están manejando y abordando los impactos negativos; y (v) subsanar las contingencias y/o riesgos identificados.
Debida diligencia del cliente
En el contexto específico de la debida diligencia del cliente, los pasos pueden incluir: obtener toda la información relevante del cliente para entender su perfil y necesidades; confirmar la identidad del cliente mediante diversos documentos como pudieran ser escrituras públicas, libros corporativos e información proveniente de registros públicos; determinar el nivel de riesgo que representa el cliente basándose en su información y antecedentes; e investigar los antecedentes legales del cliente para identificar cualquier asunto que pueda representar un riesgo.
Es indispensable asegurarse de que tanto el cliente como la transacción cumplan con todas las normativas y regulaciones aplicables; considerar la reputación del cliente en el mercado y entre sus pares; entender la estructura corporativa del cliente y cómo esto puede afectar la transacción; y examinar las transacciones financieras del cliente para detectar cualquier irregularidad o actividad sospechosa.
Estos pasos son esenciales para realizar una debida diligencia efectiva y pueden variar dependiendo del tipo de transacción y la industria en cuestión.